Extractado de ADN radio.cl, 23 Abril 2017
Uno de los internos de Punta Peuco, acusado de participar en la Caravana de la Muerte, el subteniente (r) Marcelo Marambio, acusó este domingo que es inocente de los hechos de le imputan y enfatizó que los responsables son las máximas autoridades de esa época.
Esto, porque al momento del Golpe Militar él llevaba sólo un año de servicio en el Ejército.
Mediante una carta dirigida a los cadetes de la promoción 1968-1972, el ex uniformado indicó que «somos los chivos expiatorios de un Gobierno Militar».
La misiva, que de forma exclusiva obtuvo ADN, se conoce a días que ingresen a Colina 1 cerca de 25 militares condenados por derechos humanos.
«A nosotros, los Subtenientes, se nos condena, por nuestra participación en la ejecución de actos, hechos y acciones, en que solamente, debimos cumplir órdenes superiores», dijo.
«Los verdaderos responsables, son conocidos por los Magistrados y Jueces que llevan las distintas causas y sin embargo, se sigue persiguiendo judicialmente, a los Subtenientes de la época», agregó.
Además, Marambio precisó que, a diferencia de lo que sucede con los altos mandos de la institución, ellos no cuentan con la defensa del Ejército de Chile.
«No pedimos clemencia, solo que se nos juzgue, acorde a nuestro verdadero grado de participación en los hechos y que la justicia, interprete en cada caso, la situación, el contexto y el ambiente del momento, en que se llevaron a cabo los acontecimientos», señaló.
«No somos y no nos sentimos delincuentes, repito, no lo somos y solo queremos ser juzgados con imparcialidad», añadió.
En esa misma línea, Marambio destacó que «soy una víctima más de lo acontecido, donde no tuve otra salida y alternativa, que cumplir una orden militar».
«Hoy se nos arrastra a tribunales, a quienes fuimos instrumentos de esos hechos, no a los verdaderos culpables, los que dieron las órdenes y los antiguos magistrados de la época», puntualizó.
NOTA DE CHILE MERECE:
Marcelo Marambio es Coronel en Retiro del Ejército, en carta abierta a su promoción de egresados de la Escuela Militar el año 1972 y ha sido recientemente condenado con una pena aflictiva de 10 años, y un día, después de agotar todas las instancias judiciales.
En su carta recuerda que como Subtenientes, promediando los 20 años de edad, y recién cumpliendo un año de servicio, con su promoción «fuimos testigos y partícipes del Pronunciamiento Militar o Golpe Militar del 11 de Septiembre de 1973», y que «en esas circunstancias, estando encuadrados, bajo mandos de autoridades competentes, nombradas por Decretos Supremos y Resoluciones Institucionales, nos correspondió participar, bajo órdenes de nuestros superiores, en cumplimiento de deberes militares, en diferentes episodios, que hoy son investigados por el poder judicial en distintos tribunales, en diferentes causas y con diferentes caratulaciones.»
Más adelante agrega «muchos de nosotros, estamos siendo juzgados, por hechos acontecidos hace más de cuarenta y tres años, donde nuestra participación, en la mayoría de los casos, fue obedeciendo órdenes superiores, no pudiendo en estos casos desobedecerlas, debido al Estado de Excepción, que nos regía, en el momento de cumplir órdenes militares.»
A continuación Marambio manifiesta que «Nuestra baja graduación, en esos momentos, impedía por encuadramiento, que nosotros creáramos situaciones o actuáramos por nuestra cuenta, que fuéramos los que dispusiésemos, ordenáramos o resolviéramos, las acciones en la que, obedeciendo órdenes superiores, nos vimos involucrados.»
Agrega que es necesario «conocer, la jerarquía, la antigüedad, los grados y los encuadramientos del Ejército, para entender la posición que teníamos en ese entonces y por ende nuestro grado de responsabilidad y nuestras atribuciones, para resolver en cada una de las situaciones, que hoy son investigadas, juzgadas y sancionadas penalmente.»
Resalta en su carta que «No actuamos, en consecuencia, por mutuo proprio, lisa y llanamente, actuamos cumpliendo órdenes.»
Hoy, se nos quiere dar toda la responsabilidad de los hechos acontecidos, como si nosotros, los Subtenientes de esa época, hubiésemos tomado las decisiones y hubiésemos cometido los delitos de los que se nos acusa, por propia iniciativa.» y agrega se les juzga por hechos que «nosotros los Subtenientes de la época, no buscamos ni provocamos, nos hacen asumir las responsabilidades penales, que corresponden a las autoridades de la época»
Más adelante manifiesta que «Los verdaderos responsables, son conocidos por los Magistrados y Jueces que llevan las distintas causas y sin embargo, se sigue persiguiendo judicialmente, a los Subtenientes de la época.»
Se pregunta, «si nosotros no tenemos o no calzamos en los Derechos Humanos, si no son, para nosotros un derecho, debido a que también somos víctimas de los acontecimientos, en que nos tocó participar, somos actores cautivos por encuadramiento y por no tener posibilidades de desobediencia.»
«No pedimos clemencia, solo que se nos juzgue, acorde a nuestro verdadero grado de participación en los hechos y que la justicia, interprete en cada caso, la situación, el contexto y el ambiente del momento, en que se llevaron a cabo los acontecimientos.»
Marambio manifiesta en su carta que en el caso particular que le afecta, «en causa Caso Caravana Copiapó, donde mi superior directo, el Comandante de la Compañía, en que me encontraba encuadrado, reconoció en los careos, a los que fuimos sometidos, que quien suscribe le representó la orden impartida por él, referida al fusilamiento de 13 personas, que el la mantuvo, asumiendo la responsabilidad de ella y sus consecuencias.» ocurriendo los hechos «en un lugar del Desierto de Atacama, al sur de la ciudad de Copiapó, lugar, donde no existía ninguna otra autoridad o superior ante el cual recurrir, sólo el superior que dio la orden, lugar al que llegamos, sin saber la misión y orden que se nos impartió, debido a que cuando iniciamos el traslado de las 13 personas,» Y que el superior a cargo mantuvo lo ordenado, «pese a la representación de ella, que le hice junto al otro Subteniente involucrado, lo que fue refrendado en los careos a que fuimos sometidos.» y que pese a invocar lo establecido el Código de Justicia Militar referido a observar a un superior la inconveniencia de dicha orden, dicho superior «la mantuvo y se hizo responsable de ella y sus consecuencias.», cosa que también dispone el mencionado Código respecto al cumplimiento de la Orden si el Superior insiste en su cumplimiento..
Protesta Marambio que hoy se le condena, «pese a haber cumplido, con las leyes vigentes que regían en el momento de lo acontecido, que he debido soportar, durante todos estos, mas de cuarenta y tres años, lo que significa en lo espiritual y psicológico, la participación en un hecho de esta naturaleza,».
Agrega posteriormente que «Sin tener intención, de molestar u ofender a ninguna autoridad, cargo o investidura, es un deber manifestar que hoy, al parecer, en la actual judicatura, el castigo a las llamadas violaciones a los derechos humanos, se ha transformado de justicia a venganza, de noble imperativo ético a aprovechamiento político, hoy se nos arrastra a tribunales, a quienes fuimos instrumentos de esos hechos, no a los verdaderos culpables, los que dieron las órdenes y los antiguos magistrados de la época, que fueron cómplices por omisión, pero se nos castiga a nosotros, que actuamos obligados, como Subalternos encuadrados, por la regla de la obediencia debida, que es una norma fundamental de todos los ejércitos del mundo y que estaba vigente en esos años. (1973).»
Posteriormente indica «cumplí con mi deber, las leyes vigentes y seguí todos los pasos, para evitar el mal que se causó, que lamentablemente no sirvieron, debido a que pese a lo anterior, se mantuvo la orden, después de mi representación al superior que me la impartió, debido a que esta orden, provenía de los mas altos escalones y autoridades a cargo del país.
Lo anterior, se comprueba y así esta en el expediente de la causa, ya que esta misión la dio el Oficial Delegado del Comandante en Jefe del Ejército y Presidente de la Honorable Junta de Gobierno, que estaba a cargo del país.».
Agrega en su extensa carta que «Se suma a lo anterior, que jamás, repito jamás, me ha interrogado un Juez o Magistrado,», aun cuando su causa fue vista por tres Ministros en Visita y que el primer juez que vio su causa Juan Guzmán después de revisar la declaración de «el Oficial, Comandante de mi Compañía, que dio la orden de fusilamiento, reconoció que le representé la orden y que el la mantuvo, haciéndose responsable de sus consecuencias y reconociendo, que nos manifestó que había que cumplirla, por que la dispuso el Delegado del Comandante en Jefe del Ejército, el General Arellano.», manifestó por intermedio de actuario «que no nos iba a procesar, debido a que no éramos responsable de lo acontecido. Este Ministro no nos procesó.»
No obstante lo anterior, los sucesivos Ministros en Visita que llevaron la causa cambiaron su situación, sometiendolo a proceso y condenándolo finalmente.